Jabalíes en Sevilla: un síntoma de desequilibrio ambiental

  • El 11 de abril de 2025, dos jabalíes fueron vistos paseando por el parque de Miraflores, en la zona norte de Sevilla. La aparición de estos animales en busca de alimento sorprendió a quienes transitaban por el lugar y provocó que varias personas vecinas alertaran a los servicios de emergencia tras captar el momento en vídeo. 
  • Aunque inusual, no se trata de un caso aislado: cada vez es más común observar fauna silvestre en parques urbanos y jardines. [Vídeo]

La situación recuerda a experiencias similares en otros contextos. Durante el verano pasado las familias alojadas en un camping de la costa del sur de Portugal, relataron la presencia de un jabalí que merodeaba libremente por el recinto, generando curiosidad y diversión entre los más pequeños. El entusiasmo inicial disminuyó cuando el animal comenzó a alimentarse de basuras y restos de comida, lo que obligó a las personas visitantes a extremar precauciones. No se trataba de un ejemplar salvaje, sino de un jabalí hibridado con cerdo doméstico.

Este fenómeno no es ajeno a otras regiones. En zonas cercanas a las sierras andaluzas, es habitual observar cómo algunas especies silvestres, impulsadas por su capacidad de adaptación y un notable crecimiento poblacional, se acercan a entornos urbanos. Ciudades como Londres, por ejemplo, registran desde hace años la presencia de zorros que deambulan por jardines y calles durante la noche. Igualmente, animales como erizos, ardillas o mustélidos han perdido el temor a las personas y se integran en el entorno urbano con relativa facilidad.

No obstante, la presencia del jabalí en zonas pobladas genera mayor preocupación, especialmente cuando se trata de ejemplares híbridos con escasa aversión al contacto humano. Según Ecologistas en Acción, este fenómeno no es casual, sino consecuencia de un desequilibrio ecológico vinculado a la mala gestión de esta especie cinegética. Juan Cuesta, portavoz de la organización en Andalucía, lo explica así:

“En los años 80 y 90 se multiplicaron las granjas cinegéticas destinadas a abastecer cotos de caza mayor. En muchos de estos centros se cruzaron jabalíes con cerdos domésticos para aumentar la productividad. Estos híbridos, más prolíficos, eran cazados o bien escapaban, iniciando procesos de expansión que hoy constituyen una auténtica plaga”.

Los animales, al haber perdido el miedo al ser humano, se desplazan sin dificultad hacia zonas agrícolas e incluso periurbanas, provocando daños en cultivos y asustando a la población menos familiarizada con ellos. Frente a esta situación, Ecologistas en Acción propone una estrategia de control poblacional que va más allá del incremento de licencias de caza.

La organización apuesta por campañas de educación ambiental, alertando sobre los riesgos de alimentar a animales silvestres y fomentando una gestión adecuada de residuos urbanos. En palabras de Cuesta:

“La caza, lejos de ser la solución, ha sido parte del problema. La actual gestión cinegética beneficia a quienes contribuyeron a este desequilibrio mediante prácticas irresponsables”.

Además, Ecologistas en Acción destaca que la ausencia del lobo ibérico, su depredador natural, ha agravado el problema. La transformación del paisaje andaluz —de espacios ganaderos a cotos de caza cerrados— favoreció la desaparición del lobo, que cumplía una función esencial en el equilibrio ecológico. En las pocas regiones donde este depredador se mantiene, no se registran este tipo de conflictos y la prevalencia de enfermedades como la tuberculosis es mucho menor.

Como medida a medio plazo, la reintroducción controlada del lobo en zonas adecuadas de Andalucía se plantea como una herramienta eficaz para el control natural del jabalí. Esta propuesta, acompañada de medidas de coexistencia con la ganadería extensiva, podría beneficiar tanto al medio ambiente como al sector agrícola y ganadero, especialmente a la ganadería extensiva.

Por último, Ecologistas propone la realización de capturas en vivo, especialmente de ejemplares híbridos, para analizar su genética y, en su caso, regular la presencia de ejemplares con las características propias del jabalí silvestre autóctono.

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