Ambas organizaciones ecologistas han convocado a la ciudadanía a esta segunda concentración en el muelle de la Sal a orillas del Guadalquivir para demostrar la repulsa a que se autoricen vertidos tóxicos al río así manteniendo Andalucía como territorio de sacrificio y al Guadalquivir como río industrial en lugar de la reserva de biodiversidad que debería ser.
La concentración contó con la participación de Antonia Herrero, doctora en Biología y profesora de investigación del CSIC, que detalló el problema derivado de la contaminación por los metales pesados que se van a verter al río, entre los que se encuentra su capacidad mutagénica, que alcanzará a los humanos al incorporarse en la cadena trófica y como condicionará la contaminación al abastecimiento de la ciudad de Sevilla en caso de sequía y sus consecuencias en la salud humana.
Se han leído sendos manifiestos de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) y de la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar de Barrameda, preocupados ambas por la afección ambiental que afecta directamente a su actividad productiva, ya que de la calidad del río depende buena parte de la agricultura, la ganadería y la pesca de las comarcas del estuario y de todo el golfo de Cádiz.
Los representante de las organizaciones convocantes, Isidoro Albarreal por Ecologistas en Acción y Luis Barraquero por Greenpeace, han intervenido para explicar las acciones que han desarrollado desde la última concentración, destacando las reuniones mantenidas con la Dirección General de Espacios Naturales Protegidos de la Junta y de la Dirección General del Agua del Ministerio, en las que se ha dado traslado de la manifiesta insuficiencia del tratamiento de los efectos del vertido sobre el estuario del Guadalquivir, apoyándose en los últimos informes de científicos de varias Universidades andaluzas, en los que se detallan circunstancias cruciales para determinar estos efectos como son la especial hidrodinámica del estuario que hace que se comporte como fondo de saco que dificulta la salida de partículas y que por tanto, magnifican cualquier vertido haciéndolo biodisponible por mucho tiempo.
Además del incumplimiento de las directivas Hábitats y Marco del Agua de la U.E, al no haberse valorado la afección a los hábitats protegidos por la declaración como ZEC Bajo Guadalquivir de la Red Natura 2000 y por no cuestionar la repercusión del vertido sobre los objetivos medioambientales del estuario establecidos en el Plan Hidrológico del Guadalquivir, que no pueden empeorar en ningún caso.
Desde Ecologistas y Greenpeace se agradece el compromiso con la firma del manifiesto de las 80 asociaciones, plataformas y entidades sociales y políticas que lo han firmado, expresando que no habrá ni un paso atrás en la defensa del Río como baluarte de biodiversidad y de las actividades económicas que dependen del buen estado ecológico del estuario para mantenerse, frente a los proyectos de extracción de recursos naturales que tanta desgracia socioambiental han ido dejando a su paso por nuestra tierra.